sábado, 12 de noviembre de 2016

Ex libris



Bernardo Soares se durmió sin pérdida de tiempo en busca de Proust. En una librería de viejo, junto al Gran Canal, encontró a Ulises, desencuadernado tras mil travesías, y  a Alonso Quijano, lanza en ristre sobre una sobada cubierta. Cuando despertó, desasosegado por unas fúnebres campanadas, Fernando Pessoa estaba allí.

Imagen de Internet

lunes, 7 de noviembre de 2016

Otra más para sus juegos



Su seductora imagen, rebosante de sugestivas curvas y oscuros y húmedos recovecos, le hace interesarse por su nombre y por sus orígenes. Su intención, igual que con las anteriores, es comprobar hasta dónde puede llegar a experimentar con ella todo tipo de juegos.

Ansioso, abre el diccionario y busca laberinto.



domingo, 6 de noviembre de 2016

La invitada

La chica elegida, previo pago a la regente del club de alterne, llega puntual a la cita. Al cruzar la acorazada puerta es recibida por una inquietante música marcial que envuelve la sombría estancia, en la que danzan sincronizadas un sinfín de fantasmagóricas figuras luminiscentes.
Sobre la mesa, después de haber sido impregnados de una invisible pátina narcotizante, reposan apetitosos dulces y bebidas que el anfitrión no tardará en ofrecer a su invitada. Sorbo a sorbo, paladeo a paladeo, harán de ella la más sumisa de las esclavas, pasando a engrosar la larga lista de un siniestro harén.
Tras el vacío de las cuencas oculares de una máscara en penumbra, alguien acecha cada uno de los premeditados movimientos del comandante Samhaím.