jueves, 24 de diciembre de 2015

Una inmensa oquedad

Una noche más, tras cantar una nana con voz susurrante, entornará suavemente la puerta de la habitación del hijo para no interrumpir su sueño. El sueño de una madre efímera que desea, estérilmente, llenar esa inmensa oquedad que un aciago día se adueñó de la cuna y de su vida.




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