domingo, 16 de junio de 2013

SENTIMIENTOS EN BLANCO Y ROJO



Ayer se inauguró la Tómbola. Y cuando en el Paseo de Sarasate, uno de mis lugares más emblemáticos, se abre la Tómbola de Cáritas, mi corazón urbanita se acelera. No es sólo porque vea a mayores y niños abrir los boletos con esa ilusión renovada año tras año, cosa que también me encanta, es porque… ¡ya queda muy poco para los Sanfermines!

Estoy deseosa de que llegue el 6 de julio. Cuando veo frente a mi Ayuntamiento ese mar blanco y rojo formado por miles de personas que esperan ansiosas el estallido del cohete anunciador de mis fiestas… siento como se estremecen mis adoquines y flaquean mis nervios de cemento.

foto de internet



Es que mis Sanfermines son unas fiestas muy especiales. Muchos se preguntan cómo siendo yo una ciudad tan pequeña puedo tener unas fiestas tan grandes. 

Mis calles y plazas son testigos de trepidantes carreras ante los toros, unos, y ante los kilikis, otros; del vértigo en lo alto de la noria, del hechizo nocturno bajo los fuegos artificiales…

Muchos deben a mis fiestas su primera noche fuera de casa, su primer kalimotxo, su primer amor. Algunos también su primera locura.

Podría contaros tantas cosas… pero ya he llegado a  las 204 palabras.


Firmado: Pamplona-Iruña.


Mi participación en el V Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín.

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